Ansiedad: qué es, por qué ocurre y cómo manejarla
Ansiedad: qué es, por qué ocurre y cómo manejarla y combatirla
La ansiedad es parte de la condición humana. Todo el mundo la tiene y su función es realmente importante para protegernos ante un peligro.
¿Dónde está el problema? Cuando ese peligro no es real. Es normal sufrir ansiedad cuando se ha sufrido un desastre u otras situaciones que impliquen peligro, pero en la gran mayoría de casos aparece ante situaciones que no son peligrosas o que ni siquiera han sucedido.
Gran parte de los de pacientes que acuden a consulta, presentan problemas de ansiedad, además las estadísticas demuestran que es uno de los principales problemas psicológicos en nuestro país.
¿Es el miedo y la ansiedad lo mismo?
Según Beck et al (1985) existen diferencias entre el miedo y la ansiedad. El miedo es la valoración de un peligro y la ansiedad es la respuesta emocional provocada por el miedo, es decir, el estado de sentimiento negativo cuando se estimula el miedo. Por lo tanto, el miedo aparece ante una amenaza o peligro inminente para la seguridad de la persona, mientras que la ansiedad, es más compleja, y se activa al anticipar sucesos o circunstancias que se interpretan como amenazantes, imprevisibles e incontrolables que podrían amenazar al individuo.
¿Qué es la ansiedad?
¿Alguna vez te has examinado de algo difícil? Por ejemplo el carné de conducir, un examen final en el que te jugabas mucho, o el primer día de trabajo… ¿Recuerdas cómo te sentías? Eso es ansiedad.
Vamos a hacer una descripción más detallada: TODOS podemos experimentarla, ante cualquier situación que consideremos peligrosa…por ejemplo, ansiedad ante los exámenes, ansiedad antes de dormir, ansiedad en el trabajo, con el jefe o compañeros de trabajo es algo completamente normal, es una reacción ante acontecimientos de la vida que consideramos importantes, por lo tanto, nos prepara para la acción y para buscar soluciones.
Piensa que te encuentras delante de un león, la ansiedad es importante porque te prepara para la huida, o ante un examen difícil te prepara para ponerte a estudiar… el problema aparece cuando es desproporcionada en función al suceso, por ejemplo, si en vez de un león nos encontramos ante un perro pequeño que va atado y con su dueño, y nuestra reacción es la misma que ante el león.
Con todo lo comentado anteriormente, nos queda claro que, la ansiedad es necesaria y buena para adaptarnos a los problemas y superarlos, pero cuando es patológica, tiene el efecto contrario, es perjudicial, desproporcionada e inadaptada.
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?
Se expresa de la siguiente forma:
- A nivel cognitivo: son todos aquellos pensamientos que se generan cuando estamos nerviosos (por ejemplo: “¿y si suspendo el examen?, ¿Y si el examinador del carné de conducir me lleva a sitios que no he estado nunca y lo hago mal?, ¿y si en el trabajo no sé que hacer y me despiden el primer día?). A través de estos pensamientos evaluamos si la situación implica peligro o no. Es decir, si ante un examen en vez de pensar que me van a preguntar cosas que no sé o que voy a suspender, cambio ese pensamiento por “he estudiado lo suficiente, es normal estar nervioso/a porque es difícil y me juego la carrera, me lo sé muy bien, por lo que voy a saber hacerlo”, no estaremos activando el sistema de alarma y las emociones serán más adaptativas. La ansiedad anticipatoria, es un síntoma común entre la gente que padece ansiedad y se caracteriza por el aumento de los niveles de ansiedad con el simple hecho de pensar en eventos futuros.
- Los síntomas físicos de la ansiedad: notamos que el corazón late más deprisa, la respiración se agita, aparece tensión y dolor muscular, frustración, miedo…
- A nivel motor: es la conducta que llevamos a cabo, ante una ansiedad normal, si tengo un examen difícil me pondré a estudiar, en cambio si la ansiedad es patológica, no me permitirá estudiar o concentrarme tan bien, igual ante un examen de conducir o ante el primer día de trabajo.
Es necesario entender la importancia que tienen los pensamientos sobre la activación de la ansiedad.
¿Es buena o es mala la ansiedad?
Esta es una pregunta, ante la que normalmente siempre respondemos de forma negativa, es decir, la ansiedad es mala. Pero ¿qué pasaría si no tuviéramos ansiedad? Pues que seguramente, siguiendo el mismo ejemplo, no aprobaría el examen, porque como no tengo ansiedad no me voy a poner a estudiar. Es decir, la ansiedad es buena, siempre y cuando sea adaptativa y vaya en concordancia a la situación.
¿Cuándo debemos prestar atención?
Es importante aprender a manejar la ansiedad. Cuando notemos problemas de concentración y memoria o sintamos un estado continuo de nerviosismo, o por ejemplo, ansiedad ante la comida, ansiedad matutina o nocturna, que no descansamos igual que antes, junto con los síntomas expuestos anteriormente durante un periodo prolongado en el tiempo, es importante ponerse en manos de un especialista para que no se convierta en ansiedad crónica.
¿Cómo podemos diferenciar la ansiedad patológica de la ansiedad normal?
La respuesta ante un problema es algo NORMAL y necesario, ya que el sentirla quiere decir que nos interesamos por el problema, por buscar una solución y nos preparamos para ello. En cambio, cuando la ansiedad es patológica cuando nos dificulta la solución del problema, empieza a ser perjudicial y nos provoca sufrimiento.
La ansiedad patológica se caracteriza por una reacción excesiva o desproporcionada ante una situación, es involuntaria y se lleva a cabo una conducta desadaptativa, además se considera ansiedad patológica cuando interfiere en el manejo efectivo de la amenaza percibida, es decir, en lugar de ayudarnos a solucionar el problema, tiene el efecto contrario. Por ejemplo, si un león que se acerca corriendo hacia mí, es normal pensar “estoy en peligro, tengo que salir de aquí”, por el contrario, si me encuentro ante un animal, que va con su dueño atado y se activa la alarma “estoy en peligro,tengo que ponerme a salvo”, incluso aunque sepamos que no estamos en peligro.
¿Para que sirve?
Como ya hemos explicado anteriormente, sirve para escapar y protegernos de los peligros, así como para ayudarnos a solucionar los problemas. Por ejemplo, si no tengo ansiedad en un paso de peatones, no miraré si vienen coches o no, ya que no tengo miedo.
Ya no necesitamos huir de los depredadores. Las señales de peligro son otras, como el trabajo, los hijos, los amigos, situaciones dolorosas…y respondemos ante estos problemas de la forma en la que estamos biológicamente preparados. Dicha respuesta ya no es tan buena para afrontar un examen o una situación difícil y puede resultar contraproducente:
- Cuando se activa, tenemos la capacidad de pensar menos o problemas de concentración y memoria, por lo que la ansiedad desproporcionada de cara a un examen no nos va a ayudar.
- Al bombear más rápido el corazón, tenemos la sensación de taquicardia.
- La tensión muscular provoca dolores, rigidez corporal y cansancio.
- Dolores estomacales
¿Qué tipos hay?
A pesar de que todos los trastornos de ansiedad comparten algunas características comunes como son la activación del miedo con el fin de detectar y evitar una amenaza. Existen diferentes tipos de ansiedad, a continuación se explica de forma detallada cada uno de ellos:
- Crisis de Ansiedad/pánico: se caracterizan por un miedo intenso que surgen sin causa aparente acompañados de una hiperactivación fisiológica. Además aparece un miedo intenso a los síntomas, con interpretaciones del tipo “me voy a volver loco, voy a perder el control, me va a dar un ataque al corazón…”. Debido a esta intensa ansiedad existe la necesidad de la persona de huir o evitar las situaciones donde han aparecido los síntomas.
- Trastorno de ansiedad generalizada: este tipo se caracteriza por una “preocupación sobre la preocupación” o una preocupación excesiva y ansiedad anticipatoria ante situaciones que no son peligrosas o estresantes. Estas preocupaciones excesivas van acompañados de una serie de síntomas físicos, como irritabilidad, fatigabilidad, dificultad de concentración, tensión muscular…
- Trastorno obsesivo-compulsivo: aparecen unos pensamientos intrusivos y repetitivos, presentan dificultad para controlarlos y producen ansiedad y malestar significativo, la persona reconoce que son pensamientos irracionales y exagerados, pero no los puede controlar. Para controlar la ansiedad realizan una serie de rituales o compulsiones (conductas o respuestas mentales repetitivas, aparece la necesidad subjetiva de tener que realizarlas). Ejemplo de obsesión: “He tocado esa silla, me voy a contaminar y me voy a poner enfermo”. Ejemplo de compulsión: “lavarse las manos de forma repetitiva.
- Fobia social: persistente y acusada ansiedad a la hora de enfrentarse a situaciones interpersonales. La persona teme la evaluación negativa de los demás y evita estas situaciones o las realiza con niveles muy altos de ansiedad.
- El trastorno de estrés postraumático: aparece tras la exposición del sujeto a una o varias situaciones traumáticas. La característica principal es la reexperimentación de los síntomas intrusos relacionados con el trauma.
¿Cuáles son las causas de la ansiedad?
Las causas aún no están claras, pero existen ciertas variables que predisponen a la persona como la genética, la personalidad, la historia personal, el aprendizaje y la educación. Es decir, existen personas cuyo sistema de alarma es más sensible y se activa con mayor rapidez y se desactiva con más dificultad.
¿Cómo se mantiene?
Ya hemos respondido anteriormente cómo se produce, sucede algo y la interpretación de ese suceso es lo que hace que se active más o menos y con ellos las emociones y la conducta.
Se mantiene de la siguiente forma:
Aparece en forma de curva (ver imagen 1). Al ser una respuesta de activación, no se puede mantener siempre, porque el organismo se quedaría sin recursos. Por lo que es muy importante, dejar que llegue, haga la curva y después se irá.
Y ahora os estaréis preguntando, ¿por qué hay veces que no se reduce? Porque produce una sensación de malestar, y queremos que desaparezca, para ello, ¿qué hacemos? Huimos o evitamos la situación que nos produce malestar, a corto plazo se reduce, pero a largo plazo, el problema aumenta, al no exponemos a la ansiedad, dejando que haga la curva y desaparezca y así, ir poco a poco reduciéndose.
¿A quién afecta?
La verdad es que no hace distinción entre adultos niños y adolescentes, es decir, todo el mundo, independientemente de la edad, puede sufrirla.
Entre la población adulta, lo más común son los ataques de ansiedad, la ansiedad anticipatoria, ansiedad generalizada, fobia social y fobia específica.
Los tipos de ansiedad en niños más comunes son las fobias específicas, el trastorno de ansiedad generalizada y la ansiedad por separación, ésta se reduce al llegar a la adolescencia, mientras que los otros dos aumentan durante la adolescencia. Los trastornos de ansiedad infantiles son más comunes entre las niñas que entre los niños.
La mayoría de personas que sufren algún trastorno de ansiedad, acuden en primer lugar al centro de salud aquejados de dolores físicos sin causa aparente, como por ejemplo, síndrome de colon irritable, vértigo, dolor pectoral, dolores de cabeza o musculares…
Numerosos estudios demuestran que los trastornos de ansiedad afectan más a las mujeres que a los hombres.
¿Cómo puedo prevenir la ansiedad?
Ya hemos explicado anteriormente que la ansiedad es útil y adaptativa, siempre y cuando no sea patológica. A continuación proponemos una serie de prácticas que ayudan a manejarla.
Llevar una alimentación sana, moderar el uso de alcohol y tabaco, así como de cafeína. El descanso es también muy importante. La práctica de deporte es imprescindible. La relajación es una técnica muy útil. Estar pendientes de nuestros pensamientos, ya que estos influyen directamente sobre nuestra ansiedad. En caso de que la ansiedad dure mucho tiempo y no remita, es importante consultar con un profesional, para evitar que se cronifique.
¿Es normal padecer ansiedad durante un periodo concreto del día?
Puede aparecer en diferentes momentos según la persona, existen personas que afirman que padecen solamente ansiedad matutina o ansiedad nocturna, en otras solo aparece la ansiedad al dormir, o se despiertan varias veces durante la noche, otras al empezar la tarde.
¿Aparece sola o con algún/os trastorno/os asociados?
Existe cierta comorbilidad entre la ansiedad y la depresión, también se ha demostrado que la presencia de un trastorno de ansiedad y el consumo de alcohol están muy relacionados.
¿Cuál es el mejor tipo de tratamiento para la ansiedad?
Depende del tipo, ya que cada una tiene un tratamiento específico. El tratamiento más eficaz es la terapia psicológica, acompañado o no, de terapia farmacológica.
Como vemos, el trastorno de ansiedad es una de la patologías más comunes. Existe una mejoría notable en el manejo de la ansiedad tras recibir el tratamiento adecuado. Para aprender a manejarla, es necesario conocer en primer lugar, el origen de la misma, por qué se produce y que la está manteniendo, para ir dejando de hacer todas aquellas conductas que creemos que nos ayudan a reducirla, pero realmente producen el efecto contrario.
La presencia de niveles de ansiedad elevados durante largos periodos de tiempo, está asociada a una reducción de la calidad de la vida. También está demostrado que la ansiedad patológica empeora los síntomas de aquellas personas que padecen una enfermedad crónica.
Más Vida Psicólogos. Itziar Villalba. Psicóloga Sanitaria.